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Sesgo Cognitivo de Aceptación: Creer sin Preguntar

  • Foto del escritor: Gabriel Omar Mendoza Flores
    Gabriel Omar Mendoza Flores
  • 11 mar
  • 3 Min. de lectura

Vivimos en una era donde la información fluye más rápido de lo que podemos procesarla. Entre titulares escandalosos y chismes que se esparcen como pólvora, nos encontramos constantemente en riesgo de caer en sesgos cognitivos que nos hacen aceptar afirmaciones sin cuestionarlas. Hoy quiero hablar del sesgo cognitivo de aceptación, esa tendencia a creer algo solo porque suena convincente o porque lo dice alguien que consideramos creíble, sin exigir pruebas concretas.


Fuente: el Comercio.
Fuente: el Comercio.

El Caso de Christian Cueva y Pamela López

Un ejemplo reciente de cómo funciona este sesgo es el escándalo protagonizado por Pamela López y Christian Cueva. En su aparición en El Valor de la Verdad, Pamela contó que el futbolista "compartió tiempo, espacio y conversaciones comprometedoras" con otras mujeres. Sin embargo, nunca se mostró evidencia concreta de que algo realmente pasó más allá de su testimonio.

Aún así, la narrativa que quedó en la mente de la gente fue: Christian Cueva es un infiel serial que engañó a su esposa con múltiples mujeres. ¿Por qué? Porque la historia encaja con el estereotipo que muchos ya tenían sobre él. La gente no necesita pruebas cuando la historia refuerza lo que ya cree. Aquí es donde entra el sesgo cognitivo de aceptación: damos por hecho que algo es cierto sin analizar si realmente tenemos pruebas suficientes.

Pero, ¿y si el problema es que Christian Cueva no es realmente un mujeriego exitoso, sino simplemente alguien que lo ha intentado muchas veces sin mayor éxito? Quizá la idea de que ha estado con muchas mujeres es solo una percepción creada por rumores y apariciones mediáticas, cuando en realidad podría ser un intento fallido tras otro. Al final, la polémica se construye sobre preguntas ambiguas: ¿Te dijo Cueva algo comprometedor?, ¿Solo compartieron espacio?, ¿Hubo conversaciones de por medio? Todas estas preguntas permiten generar una historia sin afirmar nada concreto, dejando la interpretación a la audiencia. Sin embargo, el sesgo hace que asumamos la versión más escandalosa y no la más probable.


El Poder de los Chismes y el Sesgo Cognitivo

Daniel Kahneman, en su libro Pensar Rápido, Pensar Despacio, menciona cómo los seres humanos están diseñados para aceptar información de manera automática. En una tribu primitiva, creer en los chismes sin cuestionarlos podía significar la diferencia entre la vida y la muerte. Si alguien decía que había un león cerca, dudar podía costarte la vida. Sin embargo, en la sociedad moderna, este mecanismo nos juega en contra, haciéndonos creer en chismes y afirmaciones sin fundamento.

Cuando escuchamos algo, nuestro cerebro actúa en modo "pensamiento rápido", es decir, toma decisiones con base en patrones y asociaciones previas en lugar de analizar la información en profundidad. Por eso, muchas veces, cuando alguien nos cuenta un rumor sobre un amigo o un conocido, nuestra primera reacción no es dudar, sino aceptarlo como cierto y replicarlo sin darnos cuenta de que solo estamos perpetuando un sesgo.


¿Cómo Evitar Caer en este Sesgo?

  1. Pregúntate si hay evidencia real: ¿Hay pruebas concretas o solo testimonios?

  2. Considera el contexto y la fuente: ¿Quién lo dice y con qué intención?

  3. Juega al abogado del diablo: ¿Y si la historia no fuera cierta? ¿Qué elementos faltarían?

  4. Aprende a decir "No sé": No tenemos que opinar sobre todo. Es mejor dudar que afirmar algo sin bases.


En un mundo donde la información se mueve a la velocidad de la luz, detenerse a pensar antes de aceptar algo como cierto es un superpoder. La próxima vez que escuches un chisme, una teoría o una acusación, pregúntate: ¿Estoy creyendo esto porque hay pruebas o solo porque encaja con lo que quiero creer?


 
 
 

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