Viland Saga es más que un Anime
- Gabriel Omar Mendoza Flores
- 21 feb
- 2 Min. de lectura

Vivimos obsesionados con la idea de que hay un lugar, una meta o un momento en el futuro donde todo va a estar bien. Le metemos años de esfuerzo, sacrificio y sufrimiento a la promesa de que, cuando lleguemos ahí, seremos felices. Pero, ¿qué pasa cuando lo alcanzamos y nos damos cuenta de que la sensación de vacío sigue ahí?
En Vinland Saga, Thorfinn crece con la idea de que hay un sitio al que puede escapar, un paraíso llamado Vinland donde la guerra, la sangre y el odio no existen. Para él, Vinland es más que un territorio; es un concepto, un propósito que justifica todo su sufrimiento. Su vida entera se construye sobre la búsqueda de algo que, en el fondo, es inalcanzable.
Y aquí está el problema. Nos venden la idea de que la felicidad está en el destino, cuando en realidad es el proceso lo que define nuestra vida. Si solo existimos para perseguir un ideal, corremos el riesgo de nunca sentirnos satisfechos. Es el mismo ciclo de la gente que dice: "cuando tenga dinero, seré feliz" o "cuando consiga ese trabajo, mi vida estará completa". Pero la realidad es que, cuando llegas ahí, el sentimiento de insatisfacción sigue presente, porque lo que realmente buscabas no era el lugar, sino la paz que creías que vendría con él.
Thorfinn lo aprende por las malas. Pasa años cegado por la venganza, pensando que matar a Askeladd le dará sentido a su existencia. Y cuando finalmente se lo arrebatan, se da cuenta de que su vida no tenía dirección. Vinland era un pretexto para no enfrentar su propio vacío. Y aquí es donde muchos nos quedamos atrapados: usando metas externas como excusa para no lidiar con nuestros propios demonios.
El verdadero Vinland nunca fue un lugar, sino un estado mental. Un espacio de paz interna que no se alcanza viajando a otro continente, sino transformando la forma en la que vemos el mundo. Cuando Thorfinn deja de pelear y decide construir en vez de destruir, es cuando realmente encuentra su propósito. No porque llegó a Vinland, sino porque entendió que su lucha no era contra el mundo, sino contra sí mismo.
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